Valentina, junto con cambiar su e-mail, ha comenzado su blog; Slovosglupos Le tengo fé a la niña :3
Tan sólo espero que no me golpee por hacerle publicidad a su blog =P
Miércoles, quizá Primero de Abril
Hay momentos en los cuales el dolor de estómago (y la colitis subsiguiente) se hace indistinguible de la angustia típica. En ambas uno siente un dolor que sólo desaparece al purgar algo desde el interior, al liberar algo horrible y nauseabundo del organismo.
De todos modos, tengo una cagadera espiritual horrible. Pero difícilmente se pueda liberar.
Por un lado, me he dado cuenta de que sigo sieno un hombre con fé. Pero que no sabe a qué le tiene fé. Ni dios, ni el hombre, ni el mundo. Ninguna de esas cosas se merece fé de todos modos. Y a veces (tienes tanta razón) dan ganas de confundir la fé con la certeza. Muchos seres humanos somos arrojados al mundo sin una brújula. Los otros tienen un norte seguro, y lo siguen, aunque no se supone que vayan al norte. La gran mayoría ni siquiera sabe que están viajando. Entre éstos últimos la falta de ambición es admirada, y confundida con ambición. Cambian sus vidas, por ocho o más horas al día, por cuentas de cristal coloreadas. Luego se mueren, en el mismo lugar donde aparecieron. Quedan sólo cadáveres con los bolsillos llenos de vidrio.
No tengo vidrio en mis bolsillos, están vacíos. Miento, ni siquiera tengo bolsillos.
De todos modos, tengo una cagadera espiritual horrible. Pero difícilmente se pueda liberar.
Por un lado, me he dado cuenta de que sigo sieno un hombre con fé. Pero que no sabe a qué le tiene fé. Ni dios, ni el hombre, ni el mundo. Ninguna de esas cosas se merece fé de todos modos. Y a veces (tienes tanta razón) dan ganas de confundir la fé con la certeza. Muchos seres humanos somos arrojados al mundo sin una brújula. Los otros tienen un norte seguro, y lo siguen, aunque no se supone que vayan al norte. La gran mayoría ni siquiera sabe que están viajando. Entre éstos últimos la falta de ambición es admirada, y confundida con ambición. Cambian sus vidas, por ocho o más horas al día, por cuentas de cristal coloreadas. Luego se mueren, en el mismo lugar donde aparecieron. Quedan sólo cadáveres con los bolsillos llenos de vidrio.
No tengo vidrio en mis bolsillos, están vacíos. Miento, ni siquiera tengo bolsillos.
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