Irreprimible

Al final, el peso de las sábanas me aplastaba. Calientes, húmedas, un gusano pisado por la planta desnuda del pie de un niño. Sentir el calor de las propias entrañas que se escapan, ahogado por la falta de sangre. Eso es el verano.

1 comment:

revista instinto said...

te hace falta una sandía...