Irreprimible

Chocolate y frambuesas

El cumpleaños de un primo y un tío fue ayer. El típico asado, mucha gente, lo de siempre en realidad. Carne más que nada. Terminado el asado fueron las tortas, una llamada consuelo, y otra de chocolate y frambuesas. Volaron platitos con torta para todos, incluso para los que no comían. Me levanté del sillón cuando terminé de comer, y miré con cierto morbo el la base de cartón donde quedaron los restos de la segunda. Daba la impresión de que hubiesen destripado a un animal ahí mismo.

2 comments:

Kuarin said...

Recuerdo el tiempo en que esas bandejas eran casi místicas, pues solamente las veías en una ocasión especial... un cumpleaños, santo, año nuevo o que se yo... hasta que llegaron a los supermercados y las compras hasta para tirarlas por la ventana.

Anonymous said...

¿Y entonces se te abrió el doble de apetito?...