Debo viajar frecuentemente a San Vicente por trabajo. Algunas ocasiones tomo el último bus, sale un cuarto para las nueve. Y me toca compartir espacios con las trabajadoras de un café con piernas de San Vicente. "Importan" chicas de las poblaciones pobres de San Fernando, por toda la noche, a lugares donde puedan dejar atrás el pudor y los dedos acusadores.
Y es una verdadera trata de blancas, las escogen bonitas, o por lo menos generosas, a que se vayan a ser muertas cada noche, por un poco de dinero, por un poco de placer, por un poco de degradación.
Y luego dicen que el libre mercado no es malo.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment